¿Por qué sufrir de afectividad interrumpe o genera obstáculos en los entornos universitarios, familiares y laborales? Para conocer las causas, hoy estuvimos #EnLaTerrazaCon Aníbal Hernández Salazar, Psicólogo, Magíster en Ciencia Política, quien se desempeña como Coordinador y docente del Curso Vida Universitaria con Sentido, de Bienestar Universitario.

“Por lo regular, cuando se habla de afectividad, nos vemos en el presente o nos vemos en el futuro con la pareja; pero pocas veces nos preguntamos por la afectividad del pasado, y no solo en las relaciones interpersonales afectivas, sino en las primeras que nos marcaron: nuestra familia. Ese primer vínculo, que ha dejado una huella, nos va a determinar de muchas maneras cómo nos relacionamos actualmente”, afirma Aníbal.

Robert J. Sternberg, en su libro La Experiencia del Amor, habla sobre la metáfora de Cupido, quien debe lanzar su flecha de amor; y para proyectarla con intensidad y fuerza, debe ponerla tan atrás que tiemble y duela. Es decir que lo más importante en los vínculos afectivos, es la mirada hacia el pasado. Con esa premisa nos preguntamos: ¿qué debo hacer yo para sanar esas heridas del pasado?

El primer paso que se debe hacer es aceptar que hay un dolor, un aspecto que no gusta. Muchas veces nos enseñan que demostrar fragilidad es debilidad y sinónimo de perder; sin embargo, es la oportunidad más valiosa para crecer y el momento indicado de encontrar la madurez espiritual.

“La Universidad Católica de Colombia, dentro de su misión, trabaja con la persona desde una mirada sobre el sentido del amor trascendente”, destaca Aníbal

En el Curso “Vida Universitaria con Sentido” se trabaja la formación integral y se adquieren herramientas para potenciar el ejercicio profesional y desarrollo humano. Se realiza una reflexión profunda para mejorar los aspectos que permiten hacernos conscientes de la relaciones con nuestras familias.

Una de las actividades consiste en escoger a la figura paterna o materna; a quien se le escribe una carta, con puño y letra, para agradecer, pedir perdón y bendecir por tres cosas importantes que hayan vivido juntos.

Aníbal señala que la parte más dura de esta actividad es leerle la carta a la persona que se escogió.

“Este momento fue impresionante porque tenemos que reparar sentimientos para sanar el corazón. Esto no garantiza un amor de éxito, pero es un paso para ir purificando nuestra afectividad.”

#EnLaTerrazaCon Aníbal, resolvimos algunas inquietudes:

¿Por qué ser afectivamente inestable afecta la vida universitaria a un estudiante?

Aníbal: Porque somos seres que siempre estamos en vínculos, no solo en el vínculo afectivo de pareja; sino también con nuestros amigos y compañeros de trabajo. Por lo tanto, se termina proyectando en todos los espacios de su vida.

¿Qué reflexiones quedan para los estudiantes después de realizar la actividad?

Aníbal: Muchas… Primero, las relaciones con sus padres se modificaron; y segundo, se reactivó un vínculo. Ellos (los estudiantes) se dieron cuenta que el amor que uno busca por fuera lo puede encontrar en casa. Después de hacer este ejercicio, sienten tranquilidad y empiezan a reconocerse más y amarse más, fortaleciendo el corazón y el alma, para proyectar un amor más adelante.

¿Por qué es importante realizar este tipo de reflexiones internas?

Aníbal: Porque primero tenemos que ser conscientes de cómo estamos amándonos y amando nuestra familia. Lo importante es ir limpiando el espejo e ir reconociéndote de la mejor manera. Tú tienes un espejo distorsionado y sucio… Te ves en él, y le crees a lo que ves en él. Pero no, tú eres mucho más que eso.

¿Por qué es importante este proceso en la vida profesional?

Aníbal: Hoy en día las empresas están buscando gente que afectivamente sea estable, porque entre más equilibrio emocional tengas, eres más efectivo y más óptimo en tu trabajo.

Arthur Aron, profesor de la Universidad de Stony Brook (Nueva York) afirma que “el amor no está afuera, hay que mirarse a uno mismo y aceptar que se puede ser vulnerable.”

“Y justamente ese fue el mensaje del papa Francisco a los jóvenes: “Hagámonos vulnerables”. La vulnerabilidad nos vincula, entre más vulnerable seas contigo mismo y reconozcas tus errores y debilidades, más cercano estarás al otro”, agrega Aníbal.

Para Daniela Hernández Motta, estudiante de Ingeniería Industrial de la Universidad Católica de Colombia, “realizar este reto para la vida profesional nos permite entender que desde la Universidad nos forman como personas y nos invitan a centrarnos en lo que es la esencia para ser más humano y sensible en nuestro trabajo en el futuro, y esto va generar cambios en las organizaciones”