Esta iniciativa académica, pasaría desapercibida si no fuera por la integración de estudiantes y profesores de las dos universidades dentro del mundo digital del Metaverso, desarrollada en un taller de diseño entre la Universidad Católica de Colombia y el TEC de Monterrey, todo dentro del campus virtual del TEC.

La Facultad de Diseño logró trasladar su revolución tecnológica y la proyección del nuevo plan de estudios, al cambiar de la metodología tradicional de clases, al desarrollo y experimentación con espacios virtuales para viajar a través del metaverso.

La tecnología ha sido muy oportuna durante la pandemia, y en este mundo virtual, se puede interactuar de una forma más amena y cercana con compañeros y profesores, que en las reuniones por videollamada, principalmente por ser una experiencia inmersiva mediada por la tecnología y con propósitos muy claros de innovación y producción académica.

Esta experiencia en particular, desarrollada por los profesores y arquitectos José Tomás Pachajoa de la Facultad de Diseño y Antonio Juárez Negrete del TEC, se trata de la primera experiencia, a través de un desarrollo de un proyecto académico colaborativo bajo la metodología COIL, que permite que se conecte el salón de clase con diferentes partes del mundo, donde a través de un aliado internacional, se establece un intercambio multicultural de relaciones estudiante- estudiante desarrollando proyectos globales, y permitiendo generar un intercambio multicultural que posibilita la internacionalización del currículo.

La iniciativa de Global Classroom permitió propiciar ambientes de aprendizaje colaborativos multiculturales e internacionales a través, de un curso común entre las Universidades participantes además, fomentó el uso de herramientas tecnológicas que facilitaron la comunicación y aprendizaje a distancia en ambientes virtuales, interactivos e inmersivos.

Pero, ¿Qué se hizo en esta experiencia académica?

Dentro del escenario de actividades y procesos, las tecnologías disponibles, permitieron responder preguntas y resolver problemas, a través de la exploración de alternativas en acción.

En un primer momento, la actividad rompehielos en un ambiente virtual, realizando un video de presentación personal, conocer a mi grupo de trabajo, y recorrer el campus virtual se convirtió en una experiencia fantástica, en un ambiente seguro y al mismo tiempo novedoso, que definitivamente capto la atención de todos los estudiantes, algunos de ellos familiarizados con el ambiente gaming, para otros la novedad y la dificultad de moverse e interactuar.

El segundo encuentro permitió conocer las herramientas de trabajo colaborativo en el campus, después de una breve introducción, cada grupo multicultural se organiza en sus anillos de mesas colaborativas, donde la experiencia no puede ser mejor, el sonido se concentra en los grupos de trabajo, de manera privada trabajan, y ocupan un espacio digital personal, con todas las herramientas para trabajar en pantallas, sentarse en mesas de trabajo, dialogar, hacer crítica y expresar sus opiniones.

El campus Virtual, es su espacio personalizable, donde tienen acceso a todos los recursos, una presentación, un audio, un video, referentes, documentos, podemos usar también las herramientas aprendidas en estos dos últimos años de pandemia.

Para finalizar, y aun sin dimensionar el alcance de este proyecto colaborativo, se hace una presentación de cierre, en el Auditorio central y una exhibición de proyectos en el hall de exhibición del campus virtual, dispuesto para el remate final de una actividad inolvidable.

La experiencia colaborativa académica, abre un espectro de posibilidades e interacciones entre todos los participantes, lo cual permite acercarlos cada vez más, utilizar herramientas tecnológicas que medien entre los estudiantes y los profesores, así como, estimular la atención en el cumplimiento de actividades.

Romper el hielo de la diferencia cultural y propender por seguir buscando experiencias y trabajo colaborativo fuera de los límites de la distancia y lugar.

Sin duda, la pandemia acelero estos procesos digitales, buscando experiencias sugestivas inmersivas, y significativas pensadas en el aprendizaje de calidad, y deja las puertas abiertas para la experimentación de otras iniciativas que aprovechen la tecnología como mediadora en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

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