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El perfil tradicional ya no es suficiente
Durante muchos años, el rol del administrador de empresas se centró en mantener las operaciones funcionando: controlar gastos, dirigir equipos y cumplir metas. Pero hoy ese enfoque ya no basta, las organizaciones modernas buscan algo más. Quieren líderes que no solo ejecuten tareas, sino que piensen estratégicamente, propongan ideas nuevas y se adelanten a los cambios del entorno.
Como lo explica Michael Ortegón, director del Programa de Administración de Empresas de la Universidad Católica de Colombia, “las empresas no buscan personas que solo sigan procesos. Necesitan profesionales que entiendan los cambios globales y que lideren con una visión innovadora y responsable”.
Visión global, pensamiento innovador
El administrador del futuro no se limita a mirar lo que pasa dentro de su oficina. Tiene una visión amplia del mundo, entiende las tendencias económicas, sociales y tecnológicas, y sabe cómo aplicarlas a su contexto. Es creativo, curioso y está dispuesto a reinventarse constantemente.
Este nuevo perfil no teme a la innovación, sino que la impulsa. Sabe que las empresas necesitan adaptarse rápido, ser flexibles y responder a los nuevos hábitos de consumo, a las exigencias sociales y a un entorno que cambia cada día.
La tecnología como aliada
Entender el funcionamiento de las herramientas digitales es clave. No se trata solo de manejar Excel o usar redes sociales, sino de comprender cómo la automatización, la inteligencia artificial, el análisis de datos y las plataformas colaborativas transforman la forma en que operan los negocios.
En palabras de Ortegón, “la tecnología ya no es un complemento, es el eje de la gestión moderna. Los administradores que dominan herramientas digitales y entienden su impacto, lideran la transformación dentro y fuera de las organizaciones”.
El administrador del futuro no reemplaza la tecnología: la integra, la lidera y la usa para mejorar los procesos, tomar decisiones más acertadas y aportar valor real a las organizaciones.
Habilidades blandas: lo que marca la diferencia
Aunque la tecnología es fundamental, las habilidades blandas siguen siendo un pilar esencial. Saber liderar, trabajar en equipo, comunicar ideas con claridad, negociar y resolver conflictos se ha vuelto tan importante como cualquier conocimiento técnico.
Un buen administrador necesita empatía, capacidad de escucha, ética profesional y una mentalidad abierta al cambio. Estos elementos marcan la diferencia entre un líder que inspira y uno que simplemente da órdenes.
Pensar en el mundo, actuar desde lo local
En un entorno globalizado, los desafíos ya no tienen fronteras. Por eso, el administrador actual debe tener competencias internacionales: hablar otros idiomas, comprender otras culturas, trabajar con equipos diversos y enfrentar retos globales desde su realidad local.
Además, cada decisión empresarial tiene un impacto. Las compañías más admiradas no son solo las más rentables, sino las que generan valor social, cuidan el medio ambiente y se comprometen con el futuro del planeta. Por eso, el liderazgo con propósito es cada vez más valorado.
Como afirma el director del programa, “hoy no se trata solo de generar resultados financieros, sino de formar líderes conscientes del impacto social y ambiental de sus decisiones”.
Fórmate para liderar el cambio
Si todo esto resuena contigo, es momento de prepararte para ser parte de la nueva generación de profesionales que no se conforman con lo básico.
En la Universidad Católica de Colombia, el pregrado en Administración de Empresas está pensado para que te conviertas en ese administrador del futuro: estratégico, innovador, ético, tecnológico y comprometido con el impacto positivo.
Conoce el programa aquí y da el primer paso para ser el líder que el mundo necesita.