Colombia es un país con una gran biodiversidad y, en cuanto a fuentes hídricas, no se queda atrás: se encuentra dentro del top 10 de países con mayor cantidad de agua, Sin embargo, todavía vierte sin tratamiento más de la mitad de sus aguas residuales, pese a que podrían reutilizarse. Este dato cobra aún más relevancia si se tiene en cuenta el reciente racionamiento de agua que vivió Bogotá durante un año, donde el uso responsable del recurso se convirtió en una prioridad para los capitalinos y los habitantes de municipios cercanos.

Río Bogotá: fuente hídrica clave, pero altamente contaminada

Aunque Bogotá cuenta con este importante recurso hídrico, este figura entre los más contaminados de Colombia. Ante esta problemática, desde hace varios años, la Corporación Autónoma Regional (CAR), la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y la Secretaría Distrital de Ambiente han venido implementando un plan de tratamiento a gran escala. Este comenzó con la PTAR Salitre (Puente de Guadua), que limpia cerca del 30 % del alcantarillado capitalino y la PTAR Canoas, en Bosa-Soacha, que aún no ha iniciado su construcción, pero cuya licitación está prevista para este año. Una vez entre en operación, se espera que trate el 70 % restante.

Formando profesionales para enfrentar los retos hídricos

En este contexto, la Universidad Católica de Colombia trabaja en la formación de profesionales comprometidos con el cuidado de los recursos hídricos. Así lo explica la ingeniera Marisol Nemocón Ruiz, directora del programa de Ingeniería Civil de la institución, quien destaca que el plan de estudios incluye un enfoque diferencial relacionado con el tratamiento de aguas.

“En el ciclo profesional, los estudiantes cuentan con cinco áreas de formación, dentro de las cuales se abordan asignaturas enfocadas en los recursos hídricos y el ambiente. Allí aprenden a entender el agua como un recurso vital, su comportamiento, su ciclo y las diferentes formas de tratamiento, ya sea de aguas lluvias o residuales.” señala la ingeniera.

Semilleros, línea y grupos de investigación: innovación desde el laboratorio y el territorio

Además, la universidad promueve iniciativas de investigación, entre los que se destacan Ecocivil y Nanotechnology and Water Quality, orientados al tratamiento del agua. Dentro de los proyectos a resaltar se encuentra uno específicamente en la región del Magdalena Medio, territorio estratégico y clave para la economía del país, que funciona como corredor de transporte y conexión entre distintas zonas, tanto por vías terrestres, fluviales y aéreas.

En campo, los estudiantes toman muestras de agua, analizan su nivel de contaminación, estudian el impacto en las comunidades y exploran formas de tratamiento. También identifican alternativas para proteger la pesca, fuente de sustento para muchas familias e incentivan la diversificación de actividades productivas. Por su parte, en los laboratorios de la universidad, los estudiantes trabajan con un prototipo a escala de un humedal artificial que asemeja la vegetación propia de estos ecosistemas y que permite mejorar la calidad del agua.

Según la directora Nemocón, “los humedales tienen una vegetación propia la cual se encarga de sedimentar sólidos, adsorber metales y absorber nutrientes, mejorando la calidad del agua que sale. En el caso de nuestro prototipo, contamos con diferentes especies vegetales con las cuales estudiamos la remoción de los contaminantes mencionados. Además, analizamos los contaminantes presentes en el agua y determinamos si el tratamiento es efectivo o si debemos rediseñar el tratamiento”.

Egresados que transforman la infraestructura y los recursos hídricos

En términos de proyección laboral, varios egresados de la Universidad Católica de Colombia se han vinculado a proyectos como la PTAR Salitre, la PTAR Canoas y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), encargada no solo de garantizar el suministro de agua potable en la ciudad, sino también de su tratamiento y conservación.

Otros graduados se han integrado en diferentes sectores relacionados con los recursos hídricos y el ambiente, como el proyecto Hidroeléctrico Ituango, considerada la más importante de Colombia en generación de energía limpia. Para la ingeniera Nemocón, “la diversidad de componentes del plan de estudios de Ingeniería Civil les permite a los estudiantes formarse integralmente y adquirir competencias que les abren las puertas en empresas reconocidas a nivel nacional e internacional y aportar a la sociedad desde los diferentes espacios en los que tienen oportunidad de estar”.

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